Asertividad y Empatía.
Habilidades para mejorar las relaciones
La asertividad y la empatía son consideradas habilidades sociales que contribuyen a mejorar las relaciones. La asertividad permite expresar sentimientos, opiniones y pensamientos en el momento oportuno y de la forma adecuada, sin por ello negar ni desconsiderar los derechos de los demás.
La empatía no es otra cosa que la habilidad de reconocer, comprender y apreciar los sentimientos de los demás, sin que haya que compartir o adoptar los mismos puntos de vista.
Cuando un individuo es asertivo expresa sus opiniones y sentimientos sin restricciones permitiendo a la otra persona opinar sobre ellos. Cuando una persona es empática deja que los demás expresen sus opiniones y sentimientos sin restricciones ofreciéndoles la posibilidad de hablar sobre ello.
Cuando eres asertivo defiendes tus convicciones. Cuando eres empático entiendes las convicciones de otros seres humanos.
En ambos casos las opiniones y convicciones de los demás siempre se deben respetar. Cuando la convicción se lleva al extremo de querer tener siempre razón, y de no dar cabida a otras opciones u opiniones, lo que sale no es asertividad es agresividad. Y si nos callamos y no expresamos caemos en pasividad.
Cuando las personas carecen de la habilidad de la empatía tienen dificultades para poder interpretar de manera correcta las emociones de los demás. No saben escuchar; muchas veces son ineficientes, son sujetos fríos, son personas insensibles. Estos individuos dañan las emociones de quienes los tratan.
Qué difícil parece encontrar el término medio y, sin embargo, qué cerca está de nosotros cuando dejamos nuestra mente y sus argumentos a un lado y conectamos con nuestro sentir, y con lo que pueden sentir los demás. La mente siempre nos conduce a encontrar puntos de alejamiento, sin embargo, el corazón siempre nos remite al acercamiento.
Mahatma Gandhi sostenía lo siguiente “las tres cuartas partes de las miserias y malos entendidos en el mundo terminarían si las personas se pusieran en los zapatos de sus adversarios y entendieran su punto de vista”; en coherencia con ello, él decidió no proceder con violencia en su propósito por lograr la independencia de su país, y contra todo pronóstico la “resistencia pacífica” que propulsó fue el arma decisiva en la consecución de la ansiada liberación de su patria, la India.
Qué tal si antes de emitir un juicio, o de actuar vehemente, nos detenemos un instante para intentar comprender el mensaje del otro y poder establecer un diálogo. En cuanto nos ponemos en los zapatos del otro empezamos a generar sentimientos y pensamientos de comprensión, simpatía y ternura. Desarrollar y poner en práctica la empatía se convierte en un excelente remedio para tratar la sordera emocional que muchos padecen hoy en día.
Si no quieres ser un sordo emocional agudiza tu escucha y no te vuelvas indiferente ante lo que te sucede a ti y lo que les sucede a los demás. ¿Dificultades? Preguntas para la reflexión: ¿Qué sucede si me pongo en el lugar del otro? ¿Cómo es estar en contacto con mis sentimientos?
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